“Se llamara Jesús” era el mensaje principal, o la invitación que teníamos para llevarle al pueblo de Granada. Fuimos con un mensaje prestado, fuimos ya conociendo a la gente, así que veníamos a llevarles un mensaje dedicado a cada uno de ellos puntualmente.
En otras palabras lo que queríamos hacer era compartir con el pueblo la llegada de la Navidad, buscando presentarles a Dios hecho hombre, niño, para que lo fueran conociendo un poco más. Por eso, quisimos hacerle acordar a Granada que Dios los volvía a elegir para que lo presenciaran y que Él elegía otra vez ser parte de sus vidas, para lo que fuimos a interrumpir un poco su rutina diaria pero buscando mostrarles a un Dios cotidiano: tocamos las puertas de sus casas, escuchamos lo que ellos tenían para contar, las alegrías y tristezas por las que están pasando, jugamos con los chicos en lugares que ellos ya conocían, compartimos misas en el mismo lugar de siempre… Todo para avisarles que ahí en ese mismo lugar de siempre donde transcurría su vida también nacía Jesús, y estaba esperando que todos lo recibieran, para que hicieran de su pueblo también el pueblo de Dios.
Lo más lindo de esto creo que es compartir con ellos el pesebre, donde todos tanto el pueblo como nosotros como grupo buscamos revivir lo que va pasar en navidad, Dios nace en nuestras vidas otra vez.