
"En Argentina he hallado para siempre mi segunda patria, y Dios mediante volveré a ella vivo o muerto, pues quiero que mis cenizas descansen en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole".
Don Orione - 1937
El Cottolengo está construido sobre la fe, y vive de los frutos de una caridad inextinguible.
En el Cottolengo se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida de las fuerzas de cada uno, se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve al mismo Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros?
Y también nuestros queridos pobres viven contentos; ellos no son huéspedes, no son asilados, sino que son los patrones y nosotros sus servidores, ¡así se sirve al Señor!
¡Cuán hermosa es la vida en el Cottolengo! Es una sinfonía de oraciones por los bienhechores, de trabajo, de cantos y de caridad.
¡Oh, argen
tinos, que poseéis el corazón más noble que yo jamás haya encontrado, venid a visitar los pobres del Cottolengo, donde todo es simplicidad de vida y buen sonreír, sereno y reconocido donde todos los sacrificios y todas las palabras se confunden y se mudan en una sola: Caridad!
Don Orione - 1937
El Cottolengo está construido sobre la fe, y vive de los frutos de una caridad inextinguible.
En el Cottolengo se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida de las fuerzas de cada uno, se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve al mismo Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros?
Y también nuestros queridos pobres viven contentos; ellos no son huéspedes, no son asilados, sino que son los patrones y nosotros sus servidores, ¡así se sirve al Señor!
¡Cuán hermosa es la vida en el Cottolengo! Es una sinfonía de oraciones por los bienhechores, de trabajo, de cantos y de caridad.
¡Oh, argen

La puerta del Pequeño Cottolengo Argentino no preguntará a quien la cruce si tiene un nombre, sino solamente si tiene algún dolor.